“... la humildad es la sonrisa de Dios
y de todo el empíreo …”
Enseñanzas de la Iglesia Catòlica y la Divina Voluntad
La cadena de gracias está unida a las obras perseverantes.
Todos los males están encerrados en la no perseverancia
Verbo significa manifestación, comunicación, unión divina a lo humano.
Si el Verbo no hubiera tomado carne,
no habría medio para poder unir a Dios y al hombre
La Divina Voluntad obrante en la criatura
y sus actos hechos en ella, forman una nube de Luz,
que sirve a Jesús y al alma
Para encontrar la Divinidad, se debe obrar unido
con la Humanidad de Cristo, con su misma Voluntad
No hay felicidad mayor de un rey, que servir a su reina,
y de la reina que servir al rey
No son las obras las que constituyen el mérito del hombre,
sino sólo la obediencia,
como parto de la Voluntad Divina
Jesús ruega. La necesidad de poseer un bien
para poderlo comunicar a los demás
Dolor de los Apóstoles al ver subir a Jesús al Cielo.
Bien que produjo este dolor
Sólo la estabilidad es la que hace conocer
el progreso de la Vida Divina en el alma
Quien vive en la Divina Voluntad forma el apoyo a su Creador
y pone a salvo sus intereses
La criatura no es otra cosa que un pequeño recipiente
lleno de dosis de todas las partículas divinas
Ánimo, fidelidad y suma atención se necesita
para seguir lo que la Divinidad obra en nosotros
Si el alma da a Dios el alimento del amor paciente,
Dios dará el pan dulce de la Gracia
Al crear al hombre Dios le infundió el alma con su aliento, queriendo infundirle la parte más íntima de su interior, cual es su Voluntad. Ahora, queriendo disponerlo de nuevo a recibir esta su Voluntad, es necesario que vuelva a infundirle su aliento