Continuando mi habitual estado, en cuanto ha venido el bendito Jesús me ha dicho:
“Hija mía, el amor que no tiene el principio en Dios no puede decirse amor verdadero, y las mismas virtudes que no tienen principio en Dios, son virtudes falsificadas, porque todo lo que no tiene principio en Dios no puede decirse ni amor, ni virtud, más bien, luz aparente que termina por convertirse en tinieblas.”
Después ha agregado:
“Como por ejemplo: Un confesor trabaja, se sacrifica tanto por un alma, esto es cosa santa, aparentemente llega al heroísmo; sin embargo, si esto lo hace porque ha obtenido, o espera obtener alguna cosa, el principio de su sacrificio no está en Dios, sino en sí mismo y por sí mismo, por lo tanto no puede decirse virtud.”
Libro de Cielo, Vol. 6, Cap. 97, Marzo 20, 1905
“Hija mía, todo bien, para ser verdadero bien debe tener su principio en Dios, así que el amor, el hacer el bien, el sufrir, el heroísmo de aquellos que se dan hasta la muerte para alcanzar una meta, el estudio de las ciencias sagradas y profanas, en suma, todo lo que no tiene principio en Dios, infla a la criatura, la vacía de Gracia, y todos estos bienes que no tienen principio en Dios, que comienzan con principio humano, son como obras llevadas por el viento impetuoso, que con su fuerza reduce a polvo ciudades, villas, cosas suntuosas y de ellas hace un montón de ruinas.”
Libro de Cielo, Vol. 20, Cap. 42, Diciembre 27, 1926
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