Jesús en sus penas, su finalidad era principalmente
complacer en todo y por todos al Padre,
y después la redención de las almas
“Complacer en todo y por todos a mi amado Padre”
“Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección” (Mt: 12, 18)
Pensando en la Pasión de Nuestro Señor, decía entre mí misma: “Cuánto quisiera entrar en el interior de Jesucristo para poder ver todo lo que Él hacía, y para ver lo que más agradaba a su corazón, para poderlo hacer también yo y mitigar sus penas ofreciéndole lo que a Él más le agradaba.” Mientras esto decía, el bendito Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
“Hija mía, mi interior estaba ocupado en las penas, principalmente a complacer en todo y por todos a mi amado Padre, y después en la redención de las almas, y la cosa que más agradaba a mi corazón era el ver la complacencia que me mostraba el Padre al verme sufrir tanto por amor suyo. Así que todo lo reunía en Sí, ni siquiera un respiro, un suspiro se dispersó, sino que todo lo recogió para poderse complacer y mostrarme su complacencia. Y Yo estaba tan satisfecho de esto, que si no tuviera otra cosa, la sola complacencia de mi Padre me bastaba para sentirme satisfecho por lo que sufría; mientras que por parte de las cinturas, mucho, mucho de mi Pasión quedó dispersó. Y tanta era la complacencia del Padre, que a torrentes derramaba en mi Humanidad los tesoros de la Divinidad. Por eso acompaña mi Pasión de esta manera, que me darás mucho gusto.”
Libro de Cielo, Vol. 6, Cap. 141, Noviembre 6, 1905
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